Bandera

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por Francisco Bautista

Hoy, al pasar cerca de una dependencia militar, ante el sonido del himno acompañado del arriado de la bandera, me detuve, saqué la mano del bolsillo y permanecí recto, todo lo firme que mi edad me permite. A mi alrededor, comprendo que los niños correteasen y que algunas madres estuviesen pendientes de ellos, pero había más gente, muchos mirándome con expresión de perdonavidas y otra mayoría esbozando una sonrisa sarcástica, sorprendidos de que alguien respete la bandera, el símbolo de una patria, unos términos tristemente devaluados que suenan a pasado, cuando la decadencia de los sentimientos por la bandera, símbolo de una nación, es un signo de retroceso, de una sociedad subdesarrollada, insolidaria, quizás bajo la influencia de unos dirigentes egoístas y corruptos o prestos a ser corrompidos.

Aristóteles, escribió que una sociedad que no respeta los principios está formada por un conjunto de seres incultos, inmorales, carente de principios, facultados para hundir a un pueblo llano bien tiranizándolo o bien haciéndoles creer que son unos inútiles, básicamente lo mismo pero disfrazado con distinto nombre.

Tener miedo a lo que dirán y no mostrar nuestros sentimientos es mal asunto, este pavor hace que nuestra inteligencia acabe desequilibrada, reduciéndonos a personas pobres de espíritu, sin apenas tener iniciativas y lo que es peor, obligándonos a vivir de ilusiones engañosas.

El concepto de bienestar, concebido como una forma de vida compartida, solidaria y satisfactoria, se está derrumbando, está siendo apartado del deseo de unos ciudadanos frustrados que basan todo en lo superfluo, en un modelo de sociedad egoísta que se fundamenta en la acumulación de bienes, en llegar al conocimiento de que el objetivo en esta vida es tener muchas y mas cosas que el vecino.

Desde siempre se ha buscado la felicidad pero si antes lo éramos cuando nos sentíamos respetados y parte de un conjunto, ahora creemos serlo cuando comparamos las pulgadas de nuestro televisor con el del vecino o los pixels de nuestro móvil y no puede sentirse uno respetado sino es capaz de demostrar que pertenece a algo, en este caso a esa bandera, símbolo de una gran patria.