Responder ante el «progreso»

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por Gerardo Hernandez Zorroza


El abatimiento ante lo que asistimos es tónica general, que se intenta ocultar tras un manto de cinismo y superficialidad, de desenfreno y falsa y vacía alegría. Muchísimos parecen haber tirado la toalla ya, y se dedican a sobrevivir como piezas acríticas del Sistema. Se nos pide motivación, pero solo para trabajar dentro de los límites que impone este Sistema y sus mecanismos de control que, por cierto, crecen como una hidra, aunque con poca o nula visión de futuro, sin apenas cabeza.

La sabiduría popular advierte de que para ser más felices hay que desprenderse de lo que nos sobra. En lo social, esto equivaldría a eliminar unos mecanismos de control no rentables (hipercontrol), que a fuerza de facilitar las cosas con su paternalismo nocivo nos ha vuelto débiles y prisioneros de nuestros errores en esta materia.

El mensaje que los medios de difusión a través de sus programas de máxima audiencia difunden es: “ir rápido para satisfacer las demandas que la sociedad impone”, y esperar luego que esa misma sociedad sometida a presión sea la que se autocorrija a sí misma. Una falacia en toda regla. Es como pedir que, a base de seguir produciendo el mismo veneno, podamos obtener algún día la curación milagrosa a los males que se nos amontonan.