El patito feo de Badajoz

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por Luis Alberto Guijarro


Nunca mires a otro lado

El día 8 de septiembre, Día de Extremadura, fuimos Nina y yo a pasear con nuestra perrita Chica, al margen derecho del río guadiana, en Badajoz.

Un lugar precioso y bien cuidado donde pasear y disfrutar de un bonito paisaje. Al mirar al embarcadero, vimos gente hacer fotos a algo que apenas se movía. Era un pato blanco, lindo como los demás, pero que no iba tras los otros cuando le tiraban comida.

Al acercarnos, observamos que tenía algo en el lado derecho de su cuerpo, arrastrando. Era un ala, que debía estar rota y arrastraba en el suelo, por lo que al intentar andar, la pisaba y apenas se mantenía en pie.

Me sorprendió ver a gente hacerle fotos y reir, pero más me sorprendió los dueños de algunos perros, que dejaban ir tras de él y los otros, ante sus risas, pues los patos se tiraban al agua y huían, pero este, al tirarse, apenas podía nadar y mucho menos seguir a los demás.

Fue entonces cuando llamamos a la policía para alertar de la situación y estos, a través de una teleoperadora concienciada, nos pusieron en contacto con el refugio de animales del ayuntamiento, que estaban en una urgencia y nos pidieron intentar cogerlo o ellos por la tarde lo intentarían.

Por casualidad pasó un coche de policía que rápidamente bajaron para ayudarnos en tan complicada situación, pues son patos en libertad que no son fáciles de coger.

Lo arrinconamos y en ese momento se tiró al agua, pero un hombre que pescaba sobre una rara embarcación consiguió asustarlo para que fuera a la orilla y allí, paseando junto a el un poco, conseguí atraparlo. Los dos policías me llevaron en la parte de atrás del coche con él hasta mi coche y, al bajar, la gente reía y hacía fotos, pues era una situación extraña;. un chico siendo bajado de los asientos de atrás de un coche de policía, con un pato en los brazos…

En ese momento los del refugio ya habían sido avisados por la policía local, y ya nos estaban esperando para que una voluntaria se lo llevara. Lo demás ya lo veis en el vídeo. Está en un lugar precioso, junto a otros patos, recuperándose, a salvo de depredadores y fotógrafos mal interpretados.

Sólo agradecer al refugio, a esa ejemplar voluntaria, a la policía local de Badajoz, con la agente que desde la comisaría lo coordinó todo, a Nina, una gran animalista, así como a tantos que compartieron, se preocuparon y que no miran a otro lado cuando se encuentran con este tipo de situaciones. Para algunos es simplemente un pato enfermo, para otros, un buen alimento, para nosotros, un ser vivo necesitando ayuda.