Esther Sánchez Sánchez ha celebrado sus cien años de vida

Esther Sánchez, rodeada de su familia y acompañada por el alcalde de Montijo, Javier Cienfuegos, celebrando sus 100 años
Esther Sánchez, rodeada de su familia y acompañada por el alcalde de Montijo, Javier Cienfuegos, celebrando sus 100 años. (Foto: cedida)l
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por Daniel Germán | Extremeños Centenarios


Esther Sánchez Sánchez (09/01/1925)

Un comienzo en Espinosa del Rey

Un lejano 9 de enero de 1925 nació Esther Sánchez Sánchez en Espinosa del Rey, Toledo. Hija de Francisco Sánchez, de oficio labrador y ganadero, y de María Sánchez, ama de casa. Eran ocho hermanos, de los que viven dos: Esther —la tercera— y el pequeño —que cuenta con 87 años—. Todos los hermanos fallecieron mayores, pasados de los 80 años.

Infancia marcada por tiempos difíciles

Su infancia no fue fácil, pues le tocó vivir los tiempos de Guerra y postguerra. Recuerda que junto a su hermano Faustino, conocido por el “Fleta”, siendo niños corrían entre las tropas y cantaban. Solían de niños cantar en los bailes donde conseguían sus monedas, que les daba la gente.

En Espinoso del Rey conoció a su futuro marido, Pablo Herrador Rivas, natural de San Bartolomé de las Abiertas, un pueblo de Toledo que estaba a unos 20 km de distancia.

Pablo, siendo en aquel momento aún novios, emigró a Badajoz, atraído por el “Plan Badajoz”, ley aprobada el 7 de abril de 1952, un plan de obras, colonización, industrialización y electrificación de la provincia de Badajoz.

Estuvo un año en Montijo. Luego pudo volver a su pueblo donde se casaron, para así volver a Montijo y asentarse en 1952, en la calle Pedro de Alvarado donde nacieron sus cinco hijos: Pablo, José Ignacio, Pedro, María Esther y Francisco Javier. Estuvieron poco tiempo ya que se mudaron a la calle Pérez Galdós donde ha pasado toda su vida, hasta hace muy pocos años.

Una vida dedicada a la familia

Siempre se dedicó a cuidar de sus cinco hijos, ya que su marido Pablo era viajante y pasaba mucho tiempo en la carretera con los camiones. Había veces que tardaba incluso 15 días en venir, ya que las carreteras de aquellos años no eran iguales que ahora.

Es viuda desde el año 2002, pero disfruta de sus hijos cada día con el cariño incondicional de sus 10 nietos, 6 biznietos —y 2 más en camino—. Su salud es estupenda pues aún conserva sus vitales físicas, aunque ya tiene sus achaques de memoria por su edad.

Su longevidad le viene de familia pues uno de sus abuelos vivió hasta los 103 años recuerda.

A sus 100 años disfruta del cariño de su familia, pues ella vive un mes con cada hijo. Recuerdan el cariño que le tenían sus vecinas, pues siempre ha sido una mujer coraje ya que no necesitaba ayuda de nadie.

Me comentó su hijo Pedro que blanqueaba ella sola sus techos y el patio hasta pasados los 87 años.

Una mujer devota

Mujer muy devota, siempre acudía a misa y cuando ya no podía estar sola la ponía en su televisor. También le encantaba ir al mercadillo semanal del pueblo, cuando todavía estaba en los aparcamientos del Atrio, junto a la iglesia de San Pedro Apóstol. Compraba muchas telas y bisutería pues es muy coqueta siempre le gustó los collares, pulseras y todo tipo de accesorios.

Apasionada de la artesanía

Siempre le encantaron las manualidades. Ella siempre bordó y tejió sus tapetes, manteles, jerseis y todo tipo de prendas. A ella no se le resistía nada. Pasados los 60 años iba a los talleres de manualidades donde aprendía a pintar cuadros, arte sobre telas, esculturas y muchísimas cosas más. Era y es su mayor pasión.

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