Los anónimos de la dependencia

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por Fernando Grajera Martínez

No me quisiera repetir, pero es tan verdad… que no dudo en reiterar la labor que hacen con nosotros, los mayores, todas aquellas personas que permanecen a nuestro lado, día tras día, noche tras noche, en las residencias de ancianos.

Mujeres y hombres, chicos y chicas, nombres que pasan anónimos por la historia de un lugar y que sin embargo son fundamentales en la historia personal y afectiva de cada unos de nosotros, ancianos residentes.

En mi Residencia hay un buen ramillete de ellos, como Isabel, la cocinera, buena, muy buena cocinera, mejor persona y muy bromista. María, aparentemente muy seria, pero sincera, necesita solo una palabra para hacerte reír. Chabeli, que te deja desarrollar tus posibilidades de movilidad con una atenta mirada. Latifa “Lati para todos”, la bondad personificada y Macarena, servicial en todo lo que pueda y más. La más jovencita, Claudia, chillona, encantadora y siempre dispuesta.

Toni nos hace la gimnasia diaria, lee las noticias del día como una presentadora de telediarios y nos da consejos para mantener la convivencia entre nosotros; y Sole, la ATS, siempre pendiente de nuestra salud. Juan, una gran persona, muy comprensivo y María Luisa, mi esposa y yo la conocemos desde hace cinco años, una gran chica dispuesta a dejarse el pellejo en atenciones. Y un compañero, Manolo, antiguo trabajador de la ONCE, un gran tipo, que omnipresente y con un libro en las manos, por las mañanas, hace las veces de “León del Congreso” en el hall de la residencia. Lo conozco hace más de veinte años.

Ésta han sido las primeras navidades que he pasado separado de mi esposa, de mi hijo en Valencia y de mi familia en Montijo y Barcelona. Sin embargo he estado acompañado de otra gran familia, los profesionales y compañeros de esta residencia, personas que seguramente nunca saldrán en los periódicos y en las noticias de la tele pero que tienen grandes historias que contar.

Y como estos, cientos y cientos repartidos por toda España. A todos ellos, infinitas gracias.