por Nuria Moreno
Nadie está a salvo de padecer ideas suicidas
El sufrimiento emocional puede ocasionar en el ser humano pensamientos suicidas, y la necesidad de acabar con ese sufrimiento puede llevar a la persona a tener en cuenta el suicidio como última salida.
Es un acto deliberado y voluntario en el que se decide acabar con la vida.
Los humanos tenemos un mecanismo homeostático para prolongar nuestra supervivencia. El intentar acabar con nuestro sistema es incompatible con la vida.
Buscar una forma de solucionar tus problemas a través del hecho de poner fin a tu existencia no debería ser una opción. Nunca deberías optar por él.
Es un método ímprobo, ya que exige experimentar altas dosis de soledad, nerviosismo, valentía y todo ello, en silencio.
Este gravísimo problema afecta por igual a distintos países, culturas, clases sociales y edades.
No se puede mirar para otro lado.
Lo primero es comprender qué pasa
Comprender qué sucede y por qué sucede es fundamental.
Recordemos que existe un gran desconocimiento generalizado en este campo de la salud mental.
Existen múltiples factores que alimentan la necesidad de estimar el suicidio como una solución factible
Este estado de ánimo, propiciado por: años de sufrimiento, o por algún evento puntual repentino como puede ser la muerte de un hijo, un accidente de tráfico, ruptura amorosa, pérdida de una mascota, problemas económicos…, pueden provocar en la persona cambios a distintos niveles:
• Físicos: cansancio, dolores diseminados por todo el cuerpo, trastornos somáticos…
• Emocionales: apatía, abulia, anhedonia, desesperanza, negatividad, miedo, soledad…
• Cognitivamente: se tiende a pensar que las cosas que se han realizado no están bien, pero es que los proyectos futuros tampoco van a mejorar. Estos pensamientos alimentan la sensación de culpa, que abona el bajo estado de ánimo.
• Sociales: aislamiento, falta de interés por establecer relaciones o vínculos, incertidumbre o miedo al futuro, incomprensión.
¿Cómo evitar este sufrimiento emocional, físico y mental?
Cuando alguien tiene ideación suicida, lo primero que hay que hacer es acercarse a un dispositivo en tu zona y pedir ayuda. O acude a tu médico de cabecera. Él puede identificar tus síntomas.
Intenta mostrar la magnitud de tu problema. Comprende que ellos no pueden leer tu mente. Con ese estado emocional, puede que no seas capaz de expresar verbalmente tu padecimiento, ya sea porque acabas de padecer una experiencia traumática, o porque fue una experiencia que quedó atrás en el tiempo sin resolver, como pueden ser los traumas infantiles, traumas intrauterinos…
Sucesos que se gestaron cuando tú no tenías capacidad reflexiva para entender que estaba sucediendo. O sucesos en los que lamentablemente te has topado con un perpetrador que ha llevado a cabo una acción contra la integridad de tu persona.
Sucesos que en ocasiones son imposibles de asimilar de forma natural. Quedan bloqueados produciendo a la persona que los padece desorganización en su estructura mental, conflictos internos. Necesitarás un profesional para procesar adecuadamente esta información disfuncional e integrarla, ya que los terapeutas conocemos herramientas para que tú recuerdes estas experiencias y las proceses adecuadamente.
El terapeuta está formado para sentir el dolor de otros. No tenemos miedo de sentirlo, porque estamos preparados para su manejo.
Es cierto que en ocasiones el sujeto no puede expresarse, no sabe poner nombre a lo que siente. Por ello cree erróneamente que nadie le entenderá. No es así. He de decir estimado lector, que cuando una persona entra en consulta, el terapeuta lee su lenguaje no verbal, su dolor se filtra a medida que va transcurriendo la consulta y sabemos entender cómo funciona la mente del sujeto a medida que éste va mostrándose. Estamos capacitados para poner nombre a los sucesos de vidas que sean narrados en consulta. Aquí quería llegar, el terapeuta ayudará a diseñar/construir una narrativa que exprese todo lo que el paciente, por sí mismo, no puede, no sabe, o teme expresar.
Dice un nonagenario que conozco: “si alguien está mal, lo que hay que hacer es ayudarle”. Ya que no es lo mismo las autolesiones que se provocan los adolescentes, las tentativas de suicidio, los suicidios fallidos, o los suicidios realmente consumados.
Por tanto, pide ayuda, tengas el síntoma que tengas.
No tienes que esconder más lo que pasa.
Debes saber que hay que disponer de información para poder tomar buenas decisiones.
Nadie va a ir a preguntarte que te sucede, si no sabe si te pasa algo.
Tienes que moverte tú. Muévete y pide ayuda.
La vas a encontrar.
Y si no te gusta ese profesional, buscaremos a otro.
Pero tu vida… hay que ponerla a salvo.
Famosos que se suicidaron
Avicii: internacionalmente conocido DJ sueco. Sufrió una topografía emocional de cambiar rápidamente de la euforia a la depresión. Así lo explicó su familia en los medios. Probablemente padecía un trastorno bipolar que, con medicación y psicoterapia, se hubiera superado. El desconocimiento de este dato hizo que con 28 años se quitara la vida.
Nirvana: el cantante de este famoso grupo musical acabó con su vida. Durante toda su vida libró una lucha contra su disfórico estado de ánimo que comenzó con el divorcio de sus padres. Tuvo padecimientos físicos crónicos, sumados a su adicción a las drogas y al alcohol.
En ocasiones, los familiares pueden ver, como en el caso de estos dos personajes tan populares, tu padecimiento. Pero ellos no son profesionales. Al final, siempre arregla las cosas quien entiende de ellas.
El no haber podido ayudarte a tiempo puede generar en ellos exceso de culpabilidad, de responsabilidad y de pena por no haber sabido leerte a tiempo. Los someterás a ellos, sin proponértelo, a años de sufrimiento por tu ausencia. Reflexiona esto: dime una sola familia que después de ver cómo uno de los suyos se suicida, estén mejor.
Piensa en ellos también.
Espero que este artículo logre disuadir a las personas que barajen esta idea como única solución a sus problemas.
Pide ayuda ahora.
Datos
En el año 2022, se produjeron en España 18,574 fallecimientos por causas externas. De ellos, 4,227 corresponden a casos de suicidio, una cifra que se ha incrementado durante el último año en un 5.6% y sitúa nuevamente este grave problema de SALUD PÚBLICA como la principal causa de muerte externa en nuestro país. (Fuente: www.wikipedia.es, 21 de diciembre de 2023).
Enlaces de interés
024. Línea de atención a la conducta suicida.
Línea de Vida para Crisis y Suicidio 988:
Ayuda y apoyo para las personas en crisis (en Español): 988lifeline.org/es/obten-ayuda/
Ayuda y apoyo para los sobrevivientes de pérdidas (en Español): 988lifeline.org/es/home/
App para móvil:
Prevensuic, aplicación en tu teléfono en español. Tanto para profesionales como para familiares y pacientes. Guía para conocer señales de alerta de una persona con ideas suicidas. Es una guía donde encontrarás recursos y personas especializados.
Nuria Moreno Rodríguez es psicóloga especializada en terapia EMDR y colegiada (EX-512). Cuenta con un Máster en Terapia de Conducta por la UNED y es miembro de la División de Psicología Clínica, Salud y Psicoterapia. Como terapeuta EMDR, dirige su propio centro de psicología, reconocido como centro sanitario por la Consejería de Sanidad y Política Social de la Junta de Extremadura.