por María Jesús Rodríguez Villa
Pero entre todas las lecciones / hay una que conviene no olvidar…
Resulta imprescindible / medir el tiempo de la realidad
Y que no sea demasiado tarde.
(Luis García Montero)
Este escrito está motivado por la necesidad de hacer pública mi gratitud a tantas personas que me están haciendo llegar mensajes de ánimo, de aliento y de cariño. Los estoy recibiendo por todas las vías posibles: redes sociales, teléfono, escritos, libros, flores y plantas…
Imposible contestar a todos como me gustaría. Por eso, y aunque me cuesta la exposición pública de las emociones, desde estas líneas quiero expresar mi gratitud a todas vosotras y vosotros.
Desde que se hizo efectiva mi renuncia a la concejalía en el Pleno del 3 de septiembre he tenido que lidiar con sentimientos encontrados. Seis años en política local dan vivencias como para que tenga una ligera idea de todo lo que me ha aportado.
Siendo sincera, le dije sí a la política en un momento de huida hacia adelante, pero con la ilusión de que todo saldría bien y de que la entrega y el compromiso con la gente de mi pueblo sería absoluta.
Contaba con la obstinación de este incómodo huésped que me habita.
Pero quería ningunearlo, convencida de que imbuírme en un propósito tan vital y enardecido como es la política local me daría la moratoria suficiente para entender y mejorar el territorio en el que vivo.
Montijo es un pueblo extraordinario, con historia, patrimonio, servicios y lugares que lo hacen atractivo para vivir. Y con una ciudadanía generosa, participativa y muy creativa. Multitud de asociaciones de toda índole, ofertas educativas, culturales o deportivas muy potentes… y sin embargo, ¿en qué momento, nuestra conciencia colectiva perdió su autoestima?, ¿en qué momento desapareció el sentimiento de orgullo y estima en nuestra identidad como montijanas/os? ¿Por qué dejamos que perfiles y logaritmos suenen más que la participación comunitaria de los montijanos y montijanas que, doy fe, ha habido mucha y con aportaciones muy interesantes?
Conciencia e identidad colectiva, participación comunitaria, cultura democrática. Esto nos hace pueblo, con educación ciudadana y cuidado de los bienes comunes. Ese es el Montijo que yo he palpado. Y ese es el Montijo por el que he trabajado.
En nada hubiera quedado el esfuerzo personal si no hubiera contado con el trabajo y la implicación de tantas compañeras y compañeros en el ayuntamiento. A todas ellas y ellos, muchísimas gracias por la paciencia y la complicidad.
A mis compañeras y compañeros de toda la corporación municipal, mi agradecimiento porque de todas/os he aprendido y mis disculpas si se han sentido ofendidos en las inevitables discusiones del ejercicio político. Estoy convencida de que mantener las formas y evitar la bronca y el insulto es la única manera de llegar a acuerdos y de acercar la política a la ciudadanía.
A Manuel Gómez, alcalde, gracias por confiar en mis capacidades, por darme libertad para trabajar en las áreas encomendadas, por valorar mis opiniones y respetar mis decisiones. Y por tu apoyo y compañía en todo lo que estimaba oportuno.
Mi agradecimiento pues, a tantas personas que me prestaron tan buen acompañamiento en la tarea.
Y, principalmente, mi gratitud infinita a todas las personas que en estos días inciertos me han demostrado cariño y confianza y han valorado tanto el trabajo realizado. Por ellas ha valido tanto la pena.
Un abrazo enorme a todas/os. Orgullosa de mi pueblo.