En una ceremonia cargada de arte y emociones celebrada en el CaixaForum de Madrid, Pedro Cruz, director de la Escuela de Danza de Montijo e hijo adoptivo de la localidad, recibió la Medalla de Honor de la Fundación Yehudi Menuhin España.
Este reconocimiento a Pedro Cruz destaca su compromiso por integrar el arte en los centros educativos, promoviendo la convivencia y el aprendizaje desde perspectivas innovadoras. No solo celebra su trayectoria, sino también el impacto de su trabajo en las vidas de muchos de jóvenes.
Pedro Cruz impulsa la danza como herramienta de inclusión coordinando la compañía amateur «Los Ángeles» dentro del programa MUS-E de la Fundación, que ofrece continuidad artística a ex alumnos con discapacidad del CEE Los Ángeles de Badajoz, promoviendo integración y desarrollo personal.
Un legado artístico para la convivencia
El acto conmemora el 25º aniversario de la Fundación Yehudi Menuhin España, que desde 1996 impulsa el programa MUS-E, creado por el violinista Yehudi Menuhin.
Este programa fomenta la educación inclusiva a través del arte, promoviendo creatividad y cohesión social entre los estudiantes. Desde su creación en 1998, la Fundación trabaja para que el arte sea un vehículo de convivencia y diversidad, enfrentando actitudes de intolerancia, racismo y xenofobia. Su labor busca favorecer la inclusión socioeducativa de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, utilizando la cultura como herramienta para construir una sociedad más justa y tolerante.
Una gala con talento extremeño
Durante la ceremonia, en el marco del acto «Cortos para no cortar derechos: 25 años trabajando juntos» de la Fundación Yehudi Menuhin, alumnas de las Escuelas de Danza de Montijo y Almendralejo, junto a integrantes del proyecto amateur «Los Ángeles» del programa MUS-E, ofrecieron interpretaciones de coreografías creadas por Pedro Cruz, destacadas por inclusividad.
La presentación conjunta de los alumnos del programa MUS-E, y las bailarinas de las escuelas de danza cautivó al público. A través de la coreografía, transmitieron un mensaje poderoso, el arte se siente, y discapacidades tenemos todas las personas.
Cada movimiento reflejó conexión e igualdad, reafirmando el arte como un lenguaje universal de inclusión y encuentro.
Un homenaje a Yehudi Menuhin y su legado humanitario
La gala fue un tributo al legado del violinista y humanista Yehudi Menuhin, quien dedicó su vida a la música y al entendimiento entre culturas. Nacido en 1916 en Nueva York, Menuhin no solo fue un virtuoso del violín, sino también un ferviente defensor de los derechos humanos, la paz y la tolerancia.
A través de su Fundación, creada en 1991, Menuhin, se ha promovido la integración social y educativa de niños y niñas desfavorecidos mediante el arte.
Frases como “Un niño feliz es un niño que aprende” encapsulan la filosofía de Menuhin, que sigue vigente en iniciativas como el programa MUS-E.
La labor humanitaria de Meduhin fue reconocida con prestigiosos premios, como el Príncipe de Asturias a la Concordia (1997), y continúa inspirando proyectos que abogan por la convivencia y la justicia social.
Elegancia y arte en cada detalle
Las alumnas de las escuelas de Montijo y Almendralejo tuvieron un papel más en el acto portando las medallas de los galardonados.