Por una salud mental con más ayudas y menos culpabilidad
Este mes de septiembre es el mes de la Prevención del Suicidio.
Me he pensado mucho si escribir sobre ello o no porque, a pesar de todo, para la mayoría de medios de comunicación y personas sigue siendo un tema tabú.
Comprendo que quien no ha pasado por un problema de salud mental le cueste entenderlo. Lo sé, es complicado. Pero piénsalo por un momento, hay personas que no pueden siquiera caminar, ni comer, ni bañarse solas, ni les sale la voz del cuerpo, no tienen fuerzas apenas para respirar, hay personas que viven en una cama y pierden toda la vida que tenían construida fuera, pierden amistades, familia, trabajo, ocio…lo pierden todo, porque todos se acaban yendo, nadie se queda.
Sigue siendo más sencillo mirar para otro lado, cambiar de conversación porque incomoda hablar de ello, porque es molesto, ¿verdad? Pero es algo que está sucediendo y cada vez con más frecuencia, y por eso al final me he decidido a hablar de ello.
Yo siempre he pensado que quien llega a ese punto es porque el dolor que siente ya es insoportable y no, no quiere dejar de vivir, quiere dejar de sufrir. Y no, no es un cobarde, es un valiente, porque quizá lleva muchísimo tiempo luchando lo que nadie se imagina y ha llegado un momento en que no ha podido con ello.
Recuerdo el último caso que he escuchado a través de la prensa, un psicólogo de unos 35 años que padecía depresión y terminó tomando esa decisión. Sentí una pena terrible.
Muy a menudo se escuchan casos tanto en otras ciudades, como en la prensa del corazón, como en mi pueblo y en sus alrededores, y es desolador. Son miles de preguntas porque sientes que no pudiste ayudarle, que no supiste ver las señales, que no conseguiste salvarle…
Pero siento que eso es muy complicado, que la mente es muy complicada… Lo único que puedes hacer es escuchar y estar cerca del que tienes al lado y lo ves triste, ausente, diferente…Escuchar, acompañar, ahí está el secreto, eso es lo que puedes hacer, ESTAR…
Necesitaríamos más profesionales de salud mental en la sanidad pública ya que hay muchísimas personas que no se pueden permitir pagar a privados todas las semanas…es casi imposible…
Necesitamos que cuiden a todos, a nuestros niños, jóvenes, adultos y tercera edad, antes que sea demasiado tarde, antes que la mente se nuble demasiado, antes que las fuerzas se agoten y su alma les diga que no vale la pena seguir.
Vanessa Cordero Duque