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La procesión dio comienzo a las nueve y media de la noche, con la salida, por la puerta de la iglesia parroquial, del paso del Santísimo Cristo Amarrado a la Columna, seguido de otro paso, María Santísima de los Dolores.
Como el año anterior, recorría las calles José Manuel Carrasco, Concepción, Soledad, Herradores hasta llegar a la puerta de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la encarnación.
En la puerta, se paran los dos pasos y allí, la Virgen contempla desolada la imagen de su hijo atado a la columna, mientras con mucho fervor son seguidos por las miradas de todos los fieles, que se despiden de ellos, mientras los ven entrar en el templo parroquial.
Antes de la procesión, a las 20:30 horas, se celebraba la Eucaristía.
