Rogelio, un vecino de Puebla de la Calzada, ha dedicado su vida al trabajo y a la familia. Con más de un siglo de experiencias, sigue disfrutando de una salud envidiable y del cariño de sus seres queridos.
102 años de vida y una historia que contar
Este año, Rogelio ha celebrado su 102 cumpleaños, un testimonio de su fortaleza y espíritu inquebrantable.
Rodeado del amor de su familia, disfrutó de un día especial lleno de alegría, gratitud y cariño, reflejo de la vida plena que ha construido.
Su longevidad es testimonio de una vida activa y plena, marcada por el esfuerzo, el amor por su pueblo y una actitud positiva que ha sido clave en su bienestar.
Infancia de esfuerzo y trabajo
Nacido en la calle Concepción de Puebla de la Calzada, Rogelio llegó al mundo en el seno de una familia trabajadora, siendo hijo de Rogelio y Rosa.
Creció junto a sus cuatro hermanos, Francisco, Joaquina, Juana y Alonso Montes.
Desde los siete años, su vida estuvo marcada por el sacrificio, comenzando a trabajar en una tahona por las noches, donde recibía dos panes a cambio de su esfuerzo.
A los 15 años, siguió los pasos de su padre como aprendiz de albañil, profesión a la que dedicaría toda su vida.
Un constructor de historias
Durante décadas, Rogelio participó en la edificación y restauración de numerosas casas y edificios emblemáticos de Puebla de la Calzada, incluyendo construcciones civiles y eclesiásticas.
Casado con María Piñero Barrena, formó una familia con dos hijas, Rosa Mª y Pepi, quienes han sido su mayor orgullo.
Una vida plena y activa
Hoy, Rogelio sigue siendo un ejemplo de vitalidad y amor por la vida. A pesar de su avanzada edad, mantiene una rutina activa, disfrutando de paseos diarios y ejercicios que le permiten conservar un excelente estado físico y mental.
Rodeado del cariño de sus nietos y biznietos, sigue siendo una inspiración para las generaciones más jóvenes de Puebla de la Calzada.