por Rut GG
Anoche, en el Teatro Nuevo Calderón de Montijo, fuimos testigos de algo único. El título lo dice todo: Un concierto swingfónico, un espectáculo que hay que vivir para disfrutarlo. Y sí, tan increíble como suena.
La fusión entre la banda de música clásica Anam Camerata bajo la dirección de Miguel Morán y los atrevidos músicos con un humor característico, Juanlu González al saxo, Gonzalo Barrera a la guitarra eléctrica y banjo, Luis Sanz al contrabajo y Rafa Huertas a la batería y la voz de Aurora Samino de Swing Ton Ni Song fue una conversación musical como pocas. Si te lo perdiste, lamentablemente te perdiste un debate sin palabras, donde cada instrumento aportó su voz en el momento justo. Desde la batería hasta el contrabajo, pasando por el violín y el saxofón y la cantante, todo tenía su espacio en este diálogo tan especial. Cada nota fue una aportación valiosa a esta conversación sin malentendidos.
Caos visual, armonía sonora
Lo más fascinante es cómo, a pesar de lo que podría parecer un caos visual con tantos músicos en escena –en un escenaio que se les quedaba pequeño–, el sonido estaba impecablemente organizado. Un concierto donde la música hablaba por sí sola, sin necesidad de palabras. Un espectáculo que, aunque parecía desordenado a primera vista, pronto mostró una armonía impresionante. La magia de la música en vivo en su máxima expresión.
Larga vida a la música en vivo, y larga vida a las creaciones humanas
Este tipo de experiencias no ocurren todos los días, y ahí está la clave. Apoyar la música en vivo es fundamental, porque detrás de cada concierto hay horas y horas de ensayo, dedicación, y una pasión incalculable por lo que se hace. Los músicos no solo tocan, se comunican entre ellos y con nosotros, el público. Y esa conexión es algo que no se puede replicar con una grabación.
Así que, si alguna vez tienes la oportunidad de asistir a un espectáculo como este, no lo dudes. Sal a disfrutar de la música en vivo, porque esa experiencia es irremplazable.
Anoche en Montijo con un Teatro Nuevo Calderón prácticamente completo, tuvimos la suerte de vivir un momento único que, sin duda, quedará en la memoria de todos los que estuvimos allí.