por Antonia Gómez
Ya lo dijo el tío Facundo, ¡cómo va el mundo! Ahora entre la pandemia y la puta galufa vivimos revolcaos en un merengue, y en el mismo lodo todos manoseaos.
Da lo mismo que sea cura, los obispos españoles se oponen al ingreso mínimo vital que el gobierno español de Pedro Sánchez propone para los más desfavorecidos; rey de basto, como nuestro campechano Juan Carlos I que introdujo durante años en España miles de euros en billetes por los controles del aeropuerto de Barajas (Madrid) provenientes de su fortuna secreta en Suiza.
El que no llora no mama y el que no afana es un gil, vela ahí los repartos de exámenes a los opositores con el silencio cómplice de tribunales y demás implicados para conseguir lo que la legalidad no permite.
Que a nadie importa si naciste honrao!
Es lo mismo el que labura
Noche y día como un buey
Que el que vive de los otros
Que el que mata o el que cura
O está fuera de la ley