La devoción en torno a Nuestra Señora de la Caridad en la Garrovilla y su Hospital: siglos XV-XVII (IIIª Parte)

Retablo de Ntra. Sra. de la Caridad en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. La Garrovilla. (Foto: Hermandad de Ntra. Sra. de la Caridad).
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por Pablo Iglesias Aunión


“Hay en este lugar en su término una ermita que se llama de Santa María de La Carilla, la cual está muy bien reparada. Tiene un corral por parte de casa y cincuenta colmenas.”

VISITA SANTIAGUISTA DEL AÑO 1494

“Hallóse allí cerca en el sitio que ahora llaman de La Caridad junto al río Lácara. Descubriola un labrador que estaba arando, topó con unos edificios antiguos,, que deshechos se vio estar entre ellos la imagen.”

Bernabé Moreno de Vargas, 1633

La historia de las villas, pueblos y aldeas que comenzamos a describir en este bloque de entregas a modo de pequeñas reseñas consistentes en los estudios históricos que he ido realizando a lo largo de muchos años, una vez más nos aclaran que la zona en la que nos encontramos dentro de la Comarca de Mérida es rica, amena y muy documentada lo que anima al historiador e investigador a adentrarse en el conocimiento de la misma.

Lo hacemos movido por ese espíritu de admiración hacia el común conocimiento del pasado, divulgativo y al necesario entendimiento -como en el capítulo que ahora se trata- del sentimiento humano en un contexto histórico donde surge la necesidad de una protección tan evidente en el carácter socio-religioso propio de la Edad Media. En el caso de La Garrovilla irremediablemente tenemos que centrarnos en la devoción mariana a Nuestra Señora de la Caridad.

La ermita de Nuestra Señora de “La Carilla”: fábrica, economía e imagen

El nombre de nuestra Señora de La Caridad y La Garrovilla son sinónimos de unidad histórica y de camino común. Es uno de los aspectos más esenciales, encrucijada temática que todo investigador analiza -conociendo lo que en la actualidad todo ello supone- pero cargado de entusiasmo y escrupulosidad metodología.

Sin embargo ni obviamos, ni podemos pasar por alto,  cuáles fueron las primeras informaciones que nos llegan del amor desde el pueblo de La Garrovilla en torno a Nuestra Señora de la Caridad (mucho ha cambiado desde las referencias de Moreno de Vargas en el siglo XVII o Navarro del Castillo en el siglo XX), para nada más y nada menos que hablar ya de ella en los años finales del siglo XV y del origen en cuanto a su culto y devoción en una ermita  que era conocida y denominada como Nuestra Señora de Lacarilla (tal y como aparece referida originalmente).

Documentalmente aparece por primera vez mencionada en el año 1498 pero con una información sobre su ermita que sin duda evidencia y permite al historiador constatar que su fábrica (obra), es mucho más antigua. Los visitadores santiaguistas la refieren como un edificio que se encuentra en buen estado y cuya administración económica la lleva Juan Visado, el cual recibió el alcance y rindió cuentas al bachiller Alonso Ruíz Zambrano, Provisor de la Provincia. 

A todos los efectos era indudablemente un ejercicio de mayordomía. Aparece sin embargo en el año 1503 el nombre del mayordomo ya real de la misma Juan Castaño, quien informa de los arreglos, adecentamientos pintura y blanqueo de la ermita patronal de La Garrovilla.

Los beneficios de la ermita fueron de 1.195 maravedíes, tres cuartillos de trigo, dos celemines de cebada, tres ovejas y tres cabras. Se especifica que el dinero obtenido de la administración de todo ello se debe emplear en la construcción de una caja de plata donde poder guardar el Santísimo Sacramento, así como la realización de un sobre copa, de pie pequeño dorado por dentro, sin olvidar destinar el dinero necesario para el mantenimiento de las obras de la ermita.

A inicios del siglo XVI (1500-1503), la ermita estaba rodeada por una cerca de piedra que según informan los referidos visitadores eran los restos de una “edificación más antigua” y en cuyo interior se ubicaban un total de cincuenta y tres colmenas. La ermita propiamente dicha como edificio se encontraba a una legua de La Garrovilla y toda ella era realizada con un material muy común y apropiado en este momento: piedra mampuesta, sobre arco de cantería y toda ella como de costumbre, cubierta de madera tosca y caña. Se termina describiendo dicho edificio con un portal en la parte delantera que estaba construido con material de buena calidad y que se construyó entre los años 1498 y 1500.

En el interior de la ermita existía un altar donde se encontraba la imagen de Nuestra Señora realizada toda de bulto, es decir, una imagen exenta en la que se representa toda ella o como se suele decir se esculpe su tercera dimensión y por lo general suelen ser de tamaño natural (a diferencia de las de medio bulto o relieve más pequeñas y las de altorrelieve de grandes proporciones). Al frente de dicho altar existía un arco con una reja de madera y un crucifijo. Estas ermitas situadas en las afueras de las localidades, generalmente el altar mayor y su imagen titular solían ser protegidas con esas rejas o umbrales a la entrada que dificultaban (caso de la ermita de Nuestra Señora de Barbaño, patrona de Montijo), el acceso de las bestias.

Imagen de Ntra. Sra. de la Caridad en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. (Foto: Hermandad de Ntra. Sra. de la Caridad).

A finales de la primera década del siglo XVI, en torno al año 1508, la ermita adquiere un cáliz de plata y un ara (altar) para consagrar, siendo su mayordomo Juan Casado y cura de la parroquia el mencionado Pedro Bolaños, mayordomo al que sucedió Alonso Cacereño: “Fue mandado que se faga en la dicha ermita la capilla e se pinte alrededor de la imagen que está de bulto, un friso de ángeles que lleguen hasta lo alto y se ponga reja en la capilla…e se blanquee toda ermita por dentro” (año 1508). 

Tres años más tarde, en 1511 el mayordomo Alonso Fernández, hizo que se levantara dos tapias en lugar donde se encontraban las citadas colmenas, incluyéndose la edificación de una casa para habitar el santero. Pequeñas obras y reformas que hacen entender el amor indudable del pueblo de La Garrovilla a Nuestra Señora de La Caridad.

Ilustración de un manuscrito del siglo XIII donde se atendías a los enfermos y pobres. (Foto: Web “Arqueohistoria Crítica.”

Lo mismo que ocurriera para Nuestra Señora de la Salud en Esparragalejos o Nuestra Señora de Barbaño en Montijo, estudiar estas advocaciones nos empujan didácticamente al campo y rico terreno de la Historia de las Mentalidades y por tal de la religiosidad popular lo que adentra todo este conocimiento en un Villazgo que contaba a inicios del siglo XVII con cuatro cofradías: Hermandad de la Cruz, Ánimas Benditas del Purgatorio, Los Mártires y Hermandad de San Pedro.

Caridad y asistencia en el villazgo de La Garrovilla

En cuanto a lo que se refiere al llamado Hospital de Pobres del Villazgo de La Garrovilla, se trata de uno de los edificios más antiguos datados en la comarca junto al de Montijo, apareciendo por primera vez referido en el año 1503, año posible de su construcción ya que un año antes no siquiera es citado a la vez que, entre los años 1507 y 1508 se dice que está en obras porque es edificio de nueva realización.

Al igual que ocurriera con la ermita de la patrona, el hospital no tenía en unos inicios reconocida la figura del mayordomo y era un vecino de La Garrovilla Alonso González, quien se encargaba de su mantenimiento administración.

Es peculiar y característico el hospital de La Garrovilla. En el año 1508 los visitadores nos dicen que se trata de un edificio pobre en clara referencia a sinónimo de “humilde” ya que los gastos del mismo eran sufragados por los hermanos de la cofradía y ermita de los Santos Mártires de la misma localidad, que serán quienes finalmente en ese año, nombren como mayordomo a Fernando Ayuso Almaraz y tres años después siendo mayordomo Miguel Durán, será la misma ermita y cofradía de los Mártires quien sufrague las obras del tapiado caído por el paso de los años.

Indudablemente responde a las necesidades propias de estos edificios en los siglos de tanto de la Edad Media como de la Edad Moderna, atender de manera caritativa y asistencial uniéndose ya a inicios del siglo XVI en La Garrovilla cofradía y hospital, lo que en los siglos XVII-XVIII será muy generalizado en la comarca como fueron los casos de Montijo o Puebla de la Calzada con las cofradías y hospitales bajo la advocación de Jesús Nazareno.

La función que este edificio realizó no ya solo en la propia localidad de La Garrovilla sino posiblemente en la acogida de transeúntes y enfermos de diversa procedencia lo ratifica la descripción que del mismo se hace entre los años 1549 y 1556 bajo la mayordomía de Juan Peinado, llegando a gastar la cantidad de 1.857 maravedíes al tener que construir una casa delantera, reparar las cámaras del mismo, puerta principal y dotar a las camas (tres), de ropas. Igualmente se gasta en la reforma de la casa del hospitalero, el corral y establo, llegando a ser un edificio amplio dotado con dos puertas delanteras, balconada, caballerizas. Del hospital tenemos noticias hasta las últimas de las visitas de la orden santiaguista entre los años 1604-1605 (mayordomos fueron Juan Rivera en 1602, Juan Sánchez en el año 1603 y, Juan Barrena en el año 1604), los que hablan de importantes censos y bienes propiedad de esta institución: casas, tierras, viñas, ganado (vacas y novillos para los que contrataba a vaqueros y boyeros como Juan Fafila), aunque su principal fuente de ingresos eran las limosnas. Lamentablemente no se da la ubicación del mismo de manera que nos pudiéramos hacer hoy en día una idea del lugar donde pudiera estar ubicado tan importante edificio.

Para la entrega número IV de la historia de La Garrovilla, nos vamos a ocupar del templo parroquial, su fábrica y obras, maestros que trabajaron en ella, ermitas y economía del concejo.