La reforma imposible, nuevo libro de Alfonso Pinilla

Francisco Franco con Carlos Arias Navarro
El Presidente Carlos Arias Navarro, visita a Francisco Franco en el Hospital Francisco Franco, donde estaba ingresado por su flebitis en 1974 (foto: Wikipedia).
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por Blas M. Parejo


En una nueva entrega de su serie sobre la sobre la historia de la Transición española, Alfonso Pinilla García ha publicado Arias Navarro y la reforma imposible, que en 240 páginas analiza el papel del último presidente del régimen franquista y su frustrado intento de reforma

El nuevo libro de Pinilla afronta el nombramiento de Carlos Arias Navarro como presidente del Gobierno en diciembre de 1973. Un sorprendente bandazo que demostró las mermadas capacidades de un dictador anciano. Francisco Franco, superado por la crisis de su régimen, buscaba un hombre de confianza que mantuviera la continuidad del franquismo tras el asesinato del presidente Carrero Blanco en pleno centro de Madrid: “No hay mal que por bien no venga”, afirmó Franco en su discurso de fin de año.

El autor nos muestra a la camarilla del Pardo, encabezada por la esposa de Franco, Carmen Polo, insistiendo en el nombramiento de Arias. sin embargo, el nuevo presidente no era un simple continuista. su pasión por el franquismo chocaba contra su razón aperturista. No
quería traicionar al caudillo, pero sabía que el «espíritu del 18 de julio» no serviría para encarar los retos del presente ni del futuro.

El presidente incómodo

El libro cuenta como en sus primeros meses de gobierno, Arias Navarro intentó llevar a cabo una serie de reformas para modernizar el régimen. sin embargo, estas reformas fueron recibidas con hostilidad por los sectores más conservadores del franquismo. El atentado de ETA en la cafetería Rolando en septiembre de 1974 fue el golpe de gracia a su intento de reforma.

El Gobierno de Arias Navarro, nos expone el autor, resultó ser un «fértil fracaso» para quienes anhelan un cambio de régimen. su fracaso
contribuyó a la crisis del franquismo y al proceso de transición a la democracia que se inició tras la muerte de Franco en 1975.

Arias Navarro y la reforma imposible (1973-1976), Alfonso Pinilla García
Portada del libro «Arias Navarro y la reforma imposible (1973-1976)» de Alfonso Pinilla

¿Cómo surgió la idea de escribir esta nueva entrega de tus ensayos sobre la Transición española?

Fue un encargo editorial que acepté con gusto, pues hasta ahora había analizado la Transición centrando el foco en la legalización del PCE o el 23-F, pero en esta fase inicial del cambio político no había profundizado. Y fue todo un descubrimiento, porque en ella pude observar los intentos, vanos, de la dictadura por sobrevivir en un entorno cada vez más hostil.


¿Qué aporta a la comprensión de esta etapa de la historia de España?

El libro demuestra la complejidad de aquella época y bucea en las distintas familias políticas de la dictadura. No todas ellas buscaban la continuidad de la misma, sino una reforma desde dentro que pudiera desembocar en una democracia más o menos homologable al occidente europeo. Las luchas intestinas entre esas familias muestran que el régimen no era monolítico y que a Transición, sobre todo, es una lucha por la supervivencia política. Por otra parte, también analizo la movilización social existente, la organización progresiva de la oposición contra el régimen y las consecuencias sociológicas y políticas del cambio económico operado en España a partir del plan de Estabilización de 1959.

Es innegable que el atentado de ETA contra el presidente Carrero Blanco marcó un punto de inflexión en la deriva del régimen franquista. Se conocen los autores materiales, pero, ¿qué se sabe de los posibles instigadores o facilitadores de la Operación Ogro?

No he leído información acreditada que establezca, con precisión, quienes fueron esos instigadores. Se habla de la CIA, o, incluso, de algún sector dentro de la dictadura, pero no hay pruebas suficientes que lo demuestren, así que yo soy muy cauto al respecto. Lo corroborado es que ETA mató a Carrero y que, con aquel asesinato, la crisis interna del régimen se aceleró. Eso no significa que el atentado provocara la Transición, porque nadie sabía en aquel momento cómo iban a evolucionar los acontecimientos, pero desde luego intensificó la crisis terminal de la dictadura.

Arias Navarro, ¿fue un presidente honesto que intentó reformar el régimen desde dentro o un mero lacayo de la Dictadura?

Arias Navarro fue un franquista convencido, fiel a la persona y a la obra de Franco, que sólo abrió ligeramente la puerta de su gobierno al sector reformista de aquel momento –Pío Cabanillas, Fraga, Areilza, entre otros– para ver si, con aquel “viento fresco”, el régimen podía superar la crisis terminal arriba citada. Pero supasión o convicción franquista siempre se impuso sobre su aperturismo instrumental.

¿Qué papel jugaron los sectores más conservadores del régimen en el fracaso de la hipotética reforma interna?

El sector mas conservador de la dictadura, el llamado “búnker”, siempre torpedeó los intentos de reforma que vinieron de los gobiernos de Arias. Un caso claro lo encontramos cuando Arias, nada más llegar al poder, da un discurso donde promete cierta apertura política que la prensa reformista bautizó bajo el “espíritu del 12 de febrero”. Poco después, los ultras contestarían con unartículo de Girón en el periódico Arriba donde el líder del SindicatoVertical afirmaba que “el único espíritu decente es el del 18 de julio”. Y Arias, enseguida, hizo caso a Girón y plegó velas.

También abordas en el libro la crisis de la Marcha Verde sobre el Sáhara español organizada por el régimen alauí… ¿qué aportas en este tema?

Considero que el historiador, sobre todo, debe intentar ofrecer un relato claro de lo ocurrido. Esa es la primera cuestión que me preocupaba, que el lector supiera qué ocurría en torno al Sáhara y cuales eran los intereses que enfrentaban a Marruecos, España, Mauritania y Argelia. En segundo lugar, había que quedar claro que aquel conflicto obedecía a la dinámica de la Guerra Fría pues, en el fondo, los intereses y recelos de las grandes potencias –Estados Unidos y la URSS– condicionaron lo ocurrido y las posteriores soluciones que se dieron. Y, en tercer lugar, profundicé sobre los entresijos que dieron lugar a que España se rindiera ante Marruecos en aquel momento, con un Franco moribundo y una crisis terminal de régimen cuya solución generaba muchísima incertidumbre.

El conflicto generado por la improvisada salida de España de la que fue provincia española entre 1958 y 1975 está ahora de actualidad tras el cambio de actitud del Gobierno de España y su acercamiento a Marruecos en contra de los intereses de la diáspora saharaui. ¿Lo consideras una evolución lógica de la política exterior española o un nuevo error histórico?

El actual cambio de postura del gobierno español con respecto al Sáhara contradice los últimos años de política exterior de nuestro país,
donde gobiernos de izquierda y derecha han mirado siempre hacia la ONU para resolver el conflicto. El acercamiento actual a Rabat obedece a causas que no están claras, entre otras cuestiones porque ni siquiera el actual gobierno las ha aclarado, pero probablemente se deban al mismo motivo de fondo que propició la decisión de aquel gobierno español de 1975: la debilidad. Marruecos siempre supo utilizar los puntos débiles de España para su beneficio. Lo hizo con la Marcha Verde y lo hace ahora.

¿Qué lecciones podemos extraer de los hechos históricos analizados en tu libro para entender el presente y el futuro de la democracia española?

Dejo al lector la respuesta de esta pregunta, pero hay una cuestión que me parece interesante, y es que los frustrados intentos de reforma durante los gobiernos de Arias roturaron el camino para el futuro cambio político, resquebrajaron las murallas del búnker franquista y ensayaron un interesante método para cambiar de régimen, aquel que Torcuato Fernández Miranda bautizó como “de la ley a la ley”. Es decir: posibilitar el nacimiento de un nuevo sistema aprovechando los resquicios legales del sistema anterior para transformarlo desde dentro. Y así, la dictadura mutó en democracia. Fue una mutación progresiva de régimen ¿Enseñanzas? Pienso que, en estos precisos momentos históricos, nos hallamos en un proceso parecido de mutación progresiva, donde los resquicios legales del sistema vigente pueden servir para forjar uno nuevo. Otra vez “de la ley a la ley”, pero con la grave diferencia de que ahora el punto de partida es
una democracia.

Alfonso Pinilla García es entrevistado por el periodista Xabier Fortes en La noche en 24 horas de TVE
Xabier Fortes entrevista al autor de Arias Navarro y la reforma imposible, Alfonso Pinilla, en el programa La noche en 24 horas (foto: RTVE).

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