por Teodoro Gracia
La imaginación es, sin duda alguna, una de mis palabras favoritas por ser la fuente de la que emana la creatividad. Es, en el sentido más puro, poder moverte a través de un cúmulo de situaciones creadas desde la fantasía.
La mayoría de las personas piensan o creen, que nuestras emociones siempre están vinculadas a lo que la vida nos pone en el camino, sin embargo yo pienso que si dejamos libre a nuestro cerebro para que se invente emociones, tan imaginarias como hermosas, la vida nos parecería mucho más maravillosa.
En cierta ocasión leí que nuestra sensación de alegría está creada por nuestra propia cabeza y yo también lo creo así, sobre todo cuando llenamos el cerebro de imaginación y empezamos a crear…a soñar…
En mi caso, concretamente, uso la fantasía para mirar al mundo desde arriba. Las cosas desde abajo, se suelen ver con ojos donde, la mayoría de las veces, están falto de ilusión. Desde arriba, utilizando la imaginación, se contempla el mundo con los ojos del alma.
Pasear por las alturas ambientadas por el humo de las chimeneas, disfrutando en el silencio, de la magia y el misterio de la noche. Observar el mundo desde arriba y sentirlo todo a tus pies… olvidarte de la monotonía de vivir en rebaño, sin más aliciente que la competitividad y la envidia por conseguir lo que el resto no tiene…¡y es tan fácil conseguir ser diferente! Simplemente utiliza la imaginación y te introduces en el mundo de la fantasía.
Muchas veces me imagino que soy un duende sobre las tejas y observo silenciosamente el movimiento de nuestro entorno. Cuando miro hacía abajo, simplemente veo gente que camina como si estuviesen programados. Luchas, prisas y ajenos al maravilloso mundo de la fantasía y la ilusión. Desde la altura me gusta dominarlo todo, observando uno a uno cada movimiento cotidiano. Y me sonrío cuando compruebo lo insignificante que podemos parecer desde arriba.
Es realmente hermoso jugar a vivir en las alturas de un tejado o en la copa de un árbol, allí donde el cielo te arrope cada noche, puedas bailar con el aire y lavarte la cara con la lluvia… todo esto transmite serenidad y un equilibrio, entre fuerza y ternura, repleto de poesía.
Jugar a imaginar está a la altura de tus manos y por eso, olvidemos por algunos momentos este mundo tan real como absurdo, tan monótono como injusto e intentemos descubrir la sensibilidad de la imaginación, pasear con las estrellas, bailar con ellas y llegar allí donde el cielo se pueda acariciar con los dedos, rozar los cabellos con las nubes y hundir el rostro en ese azul infinito.
Esto es fantasía. Esto es imaginación.
