Convivencia parroquial de la Comunidad de San Pedro Apóstol

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Sólo la «suerte es capaz de alzar la voz en favor de un momento -o quizá varios- en favor del placer que se basa en la cordialidad y el afecto de aquellos que se quieren unidos por el motivo de la FE. Afecto, común-unión y hacer de lo que pudiera parecer plural y diverso algo único y peculiar: PARROQUIA. A veces, equivocadamente algunos sentimos como se nos escurre entre la manos por la mirada más al interés particular que al colectivo lo que hace que equivocadamente podamos de manera ilusa perdernos estos antedichos momentos: pues uno que se pierde el deleite, el rico sabor en el paladar de la amistad y sobre todo el saber que nos une lo mismo que otros millones de personas, otra vez la FE.

La Comunidad Parroquial de San Pedro Apóstol de Montijo celebró bajo rico sentido de fraternidad un día de convivencia en el Centro Pastoral de Nuestra Señora de Barbaño, precisamente el día que Montijo veneró a la Madre Patrona en la tradicional «ofrenda de mayo». Dos actos y un solo Pueblo. Muchos y un sólo sentimiento el que durante esta Pascua nos ha ido viniendo con la fuerza del Espíritu haciendo de nosotros templo de una única casa que es la parroquia es decir, parte de la Iglesia Particular y célula viva de la Universal.

Así, los agentes y sacerdotes de la parroquia vivieron el pasado sábado desde las 12,00 del mediodía la gratuidad de los Dones, la admiración por ese Hijo que te sirve de modelo aunque es difícil seguir, y de la Gracia que el Padre derrama a chorros en un sentimiento inigualable de paternidad. Arrancar egoísmos y visiones que ciegan a los que caemos en el particularismos, no aceptar al otros porque no quieren lo que a lo mejor tu sí pero tiene el mismo derecho a negares y menos deberes nunca debe ser motor de ausencia: imagino el gozo de la presencia. Felicidades a la Parroquia, al Consejo y sus sacerdotes, don Andrés y don Pedro a la cabeza que una vez más, saben que lo que «gratis se ha dado, gratis se ha de dar».