por Teodoro Gracia
El sábado 7 de octubre, sobre el escenario los actores “esperaban la carroza” y el público, en el patio de butaca, esperaba las carcajadas, cosa que ocurrió desde el minuto uno y que se mantuvieron hasta el final de una representación que brillaba por todo: texto, dirección, interpretaciones, escenografía, iluminación, ritmo…
Es, sin duda, un divertido espectáculo no carente de una certera crítica hacía la hipocresía y al cinismo. Un cinismo del ser humano, latente en un núcleo familiar que es el que envuelve esta comedia de situaciones descabelladas y grotescas, las cuales suelen arrancar las carcajadas de un público al que en el fondo se le invita más a reflexionar que a reír.

Es, en definitiva, una tragicomedia que retrata, con bastante acierto, nuestra propia condición humana.
Otro impresionante montaje de Suripanta Teatro que conquisto a todo el público que llenaba el aforo del Teatro de la Casa de la Cultura de Puebla de la Calzada.