La enorme riqueza histórica que contienen los pueblos, villas y aldeas que configuran nuestra comarca natural emeritense en la actual Vegas Bajas del Guadiana es imponente. De igual forma las herramientas metodológicas de las que hoy poseemos para poder conocer la historia de estos lugares adentrándonos muy en el tiempo histórico igualmente resultan asombrosos, sin necesidad de tener que recurrir a recursos literarios fantásticos ni a personajes imaginarios que nos hagan viajar a ningún lado. La realidad histórica viene determinada por las fuentes, los datos, las referencias historiográficas y el análisis del historiador, como base de la suma de elementos que a todos nos han enseñado tras pasar en la universidad como eje en el conocimiento científico (conocimiento, lógica y epistemología [1]).
Una de las localidades que se nos abre como un libro aleccionador de este acontecer histórico es Puebla de la Calzada que ofrece ricos elementos que sirven para construir su realidad documentada (fuentes escritas), desde los años finales del siglo XV: sociedad, demografía, instituciones, religiosidad y todo un largo etcétera que tendremos oportunidad, como haremos con otras localidades, de ir poco a poco ofreciendo al lector.
Puebla de la Calzada de Mérida: vecindario entre 1494 y 1498
Cuando en el año 1230 el rey de León Alfonso IX tomaba definitivamente la ciudad de Mérida de manos musulmanas estaba haciendo algo más que un triunfo bélico -importantísimo en el proceso de la reconquista- abría las puertas a lo que iba a ser el proceso de asentamiento de población que conocemos como repoblación de la comarca emeritense. Suponía un triunfo militar, pero a la vez una serie de acuerdos, tratados, privilegios y pactos con las instituciones eclesiásticas y civiles que asegurarían la vida en esta zona y el nacimiento posterior de localidades entre las que se encuentran junto a Puebla de la Calzada de Mérida (actual Puebla de la Calzada), Montijo, Alguijuela (actual Torremayor), Cordobilla, Carmonita, La Garrovilla y todo un largo etc., que ya hemos publicado[2] en alguna que otra ocasión.
Puebla de la Calzada merece una atenta mirada y una profundidad en sus adentros históricos en los años finales de la Edad Media entre los siglos XIII, XIV y XV, cuando ya toda la zona de la anteriormente citada comarca emeritense quedaba recogida textualmente en el documento que fue redactado el 17 de julio del año 1235 entre el arzobispo de Santiago don Bernardo II, el maestre de la orden santiaguista don Pedro González Mengo y en su nombre el comendador mayor de León, don Rodrigo Ennecio y que se conoce históricamente como el Fuero de Mérida[3].
El documento es de tal importancia para todos estos pueblos de la Baja Extremadura[4] emeritense, que en el quedan regulados la manera y forma en la que vivirán todos los moradores que repueblen la nueva zona. No es el momento ni el espacio de analizarlo pues nos extenderíamos y prolongaríamos la temática más allá de las intenciones primeras que son las de dar a conocer un poquito más la historia de noble localidad de Puebla de la Calzada.
Población que ocupó de la misma forma un papel importante en el proceso no ya solo de configuración concejil como entidad propia sino que, protagonizó entre otros importantes eventos, un papel interesante por ejemplo en el proceso de emigración al Nuevo Mundo a las llamadas Indias Colombinas con población que comenzó a marchar en el año 1533 iniciándose así un flujo de salida que documentalmente la tenemos recogida hasta 1595 y de lo que hablaremos en próximas entregas. Entre los años de 1494 y 1529, Puebla de la Calzada alcanzó el siguiente porcentaje de población que representamos en la tabla y gráfico[5] que exponemos a continuación:
Vecinos | 1494 | 1498 | 1501 | 1503 | 1508 | 1511 | 1515 | 1529 |
Puebla de la Calzada | 36 | 70 | 66 | 66 | 77 | 60 | 70 | 120 |
Habitantes[6] | 180 | 350 | 330 | 330 | 385 | 330 | 350 | 600 |
Si analizamos estos datos, nos encontramos claramente en el interior de un tejido territorial muy atractivo para el asentamiento y la repoblación por parte de unos moradores que buscan en lo que en antaño fue lugar musulmán, lugar de riqueza en una tierra delimitadas por la riqueza del agua con ríos como el Guadiana (al sur), y Lácara y Lorianilla (al norte). Además de ser una extensión de tierras amplias como lo era la demarcación santiaguista para la zona emeritense.
Podemos entonces hacernos la pregunta para Puebla de la Calzada y para las localidades de la zona: ¿qué les atraía a estos moradores? Indudablemente la fertilidad de las tierras que estaban cruzadas o bañadas por los mencionados ríos. Además la referencia de una ciudad cercana como Mérida, de esplendoroso recuerdo y de una gran viveza en estos momentos. Una Mérida que había sido Sede Metropolitana, que ofrecía un espacio amurallado y que ya contenía un fondo poblacional, todo lo cual generaban los elementos suficientes como para poder garantizar la supervivencia de los recién llegados protegidos por su Fuero.
Entre estos núcleos de población están Montijo, Puebla de la Calzada, Lobón o Torremayor que iban cobrando una gran importancia, por no mencionar otras localidades que nacen al amparo de la protección legal ya mencionada.
Cuándo aparecen las primeras referencias documentales sobre Puebla de la Calzada: la pintura gótica en el siglo XV-XVI
Pertenecientes a la encomienda de Lobón primero y posteriormente a la encomienda montijana, Puebla de la Calzada, Alguijuela (Torremayor) y Esparragalejo, configurarán el programa de manifestaciones pictóricas estudiadas como ejemplo de lo que podemos decir son las primeras referencias documentales.
La entonces denominada Puebla de la Calzada de Mérida recoge en las visitas santiaguistas de 1498 a la iglesia de Nuestra Señora Santa María, denominación dada a la parroquial poblanchina a finales del siglo XV, la existencia de dos imágenes pintadas en la capilla mayor. Como ornamentación tres altares bajo la advocación de San María, San Antonio y San Bartolomé: “…todo ellos están con sus frontales, manteles e paredes pintadas como convenían”[8].
En el año 1500, poseía Puebla de la Calzada dos ermitas de gran interés temático-pictórico (arquitectónica e institucionalmente también), eran la de los Santos Mártires y la de Santo Toribio, en ambas aparecen descripciones de pinturas. En la primera de ella, dedicadas a san Fabián y San Sebastián, la ermita poseía cuatro lienzos pintados los cuales estaban colgados en forma de sábanas. La de Santiago poseía un altar del cual se alaba su buena hechura.
La ampliación de la información en el estudio de unas fuentes que nos ensanchan el marco cronológico hasta los años 1549 y 1550, describe para la ermita de Santo Toribio de la existencia de una capilla donde se ubica un retablo el cual tiene una tabla pequeña todo el pintado y muy bien dorado en cuyo centro se encuentra una imagen de Nuestra Señora.
Pero nuestros ojos se vuelven en estos años centrales del siglo XVI hacia el templo parroquial de Nuestra Señora donde aparecen importantes obras pictóricas y de valor artístico en general. En ella se encuentra un altar mayor con un retablo recién hecho, retablo pintado porque “…es como se face la pintura que dicho retablo tiene fecho”.
La iglesia parroquial se ve acometida en estos momentos por importantes obras (1554-1550). El profesor Carmelo Solís[9] habla de que la construcción del retablo fue encargada a Gil de Noveros, entallador y vecino de Jerez de los Caballeros, si bien el concejo no parece estar conforme con ello pues expresa que desea: «…Luis de Morales, pintor y vecino de la ciudad de Badajoz por ser como se dice que es de los mejores pintores de este reino…aunque la dicha pintura se le encarga al dicho Luis de Morales…” [10].
La entrada pues en el siglo XVI nos empujan a nuevo capítulo y estudio sobre la villa de Puebla de la Calzada. Esta vez dentro de la impresionante empresa que supuso para los 42 poblanchinos que embarcaron al Nuevo Mundo. Hablaremos de los lugares de destino, profesiones y momentos de partida.
1. Cf. C.F.S. CARDOSO, Introducción al trabajo de la investigación histórica, 15.
2. Cf. P. IGLESIAS AUNIÓN, Historia de la Comarca de Lácara. Del Medievo a los Tiempos Modernos, 33.
3. Cf. ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL DE MADRID. Códice 1.316.
4. CF. J.L. DEL PINO GARCÍA, Extremadura en las luchas políticas del siglo XV, 58.
5. ÍDEM, nota 1, 43.
6. Para usar un convertidor de vecinos a habitantes adecuado al momento y la época se ha usado el número “5”. Cf. D. RODRÍGUEZ BLANCO, La Orden Militar de Santiago en Extremadura. Siglos XIV-XVI, 97-98.
7. ÍDEM, nota 5.
8. Archivo Histórico Provincial de Badajoz. Sección, Órdenes Militares. Orden Militar de Santiago, Priorato de San Marcos de León. Libro de visitas del año 1498. Número, 1.103. MCF: 34. Puebla de la Calzada de Mérida año 1498.
9. Cf. P. IGLESIAS AUNIÓN, Historia de la Comarca de Lácara. Del Medievo a los Tiempos Modernos, 76.
10. El pleito que se generará en torno a la realización del retablo mayor en el templo parroquial de Puebla de la Calzada aparece completamente estudiado y publicado. Cf. Cf. P. Iglesias Aunión, Historia de la Comarca de Lácara. Del Medievo a los Tiempos Modernos, 2.002