por Ángel Luis Gallego Real
Aquello era nuestro. De todos los montijanos. Recuerdo las Cabezas como el lugar donde, mediada la primavera, llevaba a mis hijos con la merienda preparada a jugar en los columpios, a dar una vuelta por el campo, recuerdo una verbena en San Blas, y pasar el día con los amigos echando la corrobla al calor de las barbacoas.
Aquello es nuestro. No es de un gobierno político ni de otro, es NUESTRO. Y es nuestra desidia, nuestro mirar hacia otro lado, lo que hace que el parque de las Cabezas sea un lugar deshabitado, inhóspito, olvidado en la indiferencia.
Por eso os propongo que aquello vuelva a ser nuestro. Me niego a que el parque de las Cabezas sea solo de los vándalos y de nuestra resignación. Recuperemos nuestro espacio, recuperemos lo que es de todos entre todos, aprendamos de nuestros errores y hagamos las cosas bien, de otra manera, para que TODOS lo disfrutemos de ahora en adelante.
¿Lo intentamos?
