Colectivos y Asociaciones locales unen fuerzas para conmemorar el Día Internacional de la Mujer Trabajadora
El viernes 8 de marzo, la Plaza de España de Montijo fue el escenario de una manifestación en conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora
Diversos colectivos y asociaciones locales se unieron para «unir voces en apoyo a los derechos y reconocimiento de las mujeres trabajadoras, reflejando el compromiso comunitario con la igualdad y la justicia social».
Entre los organizadores se encontraban Izquierda Unida Montijo, PCE Montijo, Plataforma de Pensionistas de Montijo, Impulsa Montijo, Asociación De Mujeres Progresistas Elvira Quintana, El Lokalino y CCOO Montijo.
Durante la manifestación, Toni García Calle, Larisa Rodríguez, Anabel Rodríguez y Eva Ramos tomaron la palabra recordando la lucha histórica por la igualdad de género y la justicia social.
Manifiesto Plataforma 8M Badajoz:
«Hoy 8 de Marzo, el movimiento feminista se organiza para salir a la calle y reivindicar la lucha por la liberación de todas las mujeres. Lo hacemos desde la rabia y las ganas necesarias de quemarlo todo. Porque no podemos más con tanta pasividad y silencio. Hoy gritamos que #SEACABÓ este sistema que nos agota, enferma y asesina.
Se acabó soportar la violencia machista cuya punta del iceberg son los feminicidios. En 2023 hubo 102 mujeres asesinadas por hombres y en lo que va de año ya son 13. Basta ya de ser consideradas sólo cifras; basta ya de ser cuestionadas por la sociedad y las instituciones. Basta ya de negar todas y cada una de las violencias que sufrimos por ser mujeres. Basta de violencia vicaria, económica, sexual, psicológica, institucional. .. Por eso denunciamos el desmantelamiento de los recursos públicos de prevención y actuación frente a las violencias machistas. La violencia machista es estructural y una educación feminista es la base necesaria para luchar contra ella.
Se acabó que la pobreza tenga rostro de mujer. Estamos cansadas de que el sistema nos someta a condiciones precarias y de explotación laboral. Cansadas de aguantar jornadas interminables y mal pagadas, soportando el acoso de nuestros jefes, y que al llegar a casa tengamos que hacer frente solas a los cuidados. Porque los cuidados deberían estar en el centro. Porque es necesario poner en valor el trabajo invisible que hacen aquellas mujeres más vulnerables, muchas de ellas migrantes y en situación irregular.
Por eso reclamamos la regularización ya de personas migrantes y la derogación de la Ley de Extranjería que permite la explotación de mujeres e impide el ejercicio de sus derechos, dejándolas a merced de todo tipo de violencias, incluyendo la trata con fines de explotación sexual y reproductiva. Nuestros cuerpos no son mercancía que puedan controlar. Por eso estamos en contra de toda explotación que el sistema capitalista y patriarcal pretenda hacer con nuestros cuerpos. No a los vientres de alquiler. No al proxenetismo. Tener sexo no es un derecho y tener hijos tampoco, vivir una sexualidad libre y maternidad deseada sí lo es. Porque el aborto no es un debate, es un derecho al que todas deberíamos acceder, sin acoso ni trabas, con o sin papeles.
Nuestro bienestar precario no puede sostenerse sobre la explotación y la miseria de nuestras vecinas, de otros pueblos y de otras vidas. Por eso nos unimos al grito global en solidaridad con el pueblo palestino. Insistimos en que las políticas del colonialismo, de militarismo y racismo imposibilitan la vida y destruyen el planeta. Exigimos el alto al genocidio palestino, denunciamos las actuaciones de la OTAN que conllevan el desplazamiento forzoso y sin apoyo a personas refugiadas. Desde el feminismo internacional abrazamos a nuestras hermanas argentinas, latinoamericanas, afganas, saharauis … y a todas aquellas que se enfrentan a políticas feminicidas. El fascismo amenaza nuestras vidas y libertades en todo el mundo.
La desigualdad es estructural y global y afecta sobre todo a aquellas que viven en los márgenes, porque para el capitalismo y el patriarcado hay vidas y cuerpos que valen menos. Por eso encierra en psiquiátricos, CIES o cárceles a las personas que les sobran, las que no producen ni rentan. Este sistema castiga a todas las disidencias: a nuestras compañeras trans, a las discas, a las locas.
Por eso la lucha feminista tiene que ser inclusiva, transfeminista, antifascista, antirracista, ecologista y con conciencia de clase. Hermanas, unámonos y sigamos resistiendo juntas. SE ACABÓ un sistema que antepone sus privilegios a la vida».
Plataforma 8M Badajoz