Te guardo tu sueño

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por Sara Gragera López


TE GUARDO TU SUEÑO.

¿Qué importa la fecha?,

¿qué importa el tiempo?,

¿qué importa el calendario?

¿Qué importa mi Luis Gragera?, si yo te los arropo todas las noches y guardo tu sueño, te doy recuerdos pintados en grafiti, en una calle cualquiera, en una pared cualquiera, en un “recuncho” cualquiera…,

aunque todavía tengo el alma insoportable, las manos sedientas de piel, los pies cansados y la mirada inquieta de tanto buscarte.

Tu Sarita te guarda el poema de Campoamor, que tanto nos leías, sentado en una mesa camilla, con un brasero de picón que compartíamos mis padres, mis hermanos y mis abuelos,…¡los inviernos más bonitos de mi vida!

Te guardo cuando llegaste a las 7 de la mañana, un 21 de febrero del año 81, tocaste a la ventana de mi hermana y mía, y dijiste: «Rosana, hija, dile a mama que me abra la puerta”, y antes de que acabaras la frase, mi hermana, como de un vuelo, ya te la había abierto, mientras mi madre, junto con mis abuelos lloraban gritando tu nombre, aquellos que junto a mi madre quemaron todos los artículos que tu escribías en el periódico «El Socialista».

Guardo tu perfume de Adolfo Domínguez en la memoria olfativa, aquel que mamá después de asearte, te ponía por tu pelo negro y barba canosa; ¡mamá siempre conseguía, que todas las mañanas las cicatrices desaparecieran!

Guardo tus canciones de Raphael, que nos daban los buenos días, lindos amaneceres, que mi hermana Rosana adoraba y que muchas de sus canciones se las enseño a sus hijos y a sus sobrinas.

Guardo tu ausencia emocional, que más que tristeza, pareciera una melancolía buscada por ti.

Fuiste tú, papá, quien escribió: «¡Cuando Dios nos bendice con hijos, morir, no es morir!».

Y que importa entonces, papá?, si estamos tus cuatro hijos y tu amor infinito a Rosa para guardar tu sueño.

Cuando llegue a Montijo, iré a hablar contigo, y mientras fumo un cigarro mis lágrimas recorrerán mi rostro, de orgullo y esperanza; es que te quiero tanto, tanto… que no me importa el día que llegue mi despedida, recorrer los inciertos caminos de la muerte hasta encontrarte.

Mientras tanto papá… TE GUARDO TU SUEÑO.

Sara Gragera López