Ningún virus mata al alma

opinion
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por Francisca Quintana Vega

A todos los que sufren por su causa
A todos los que cuidan de los que sufren
Y a todos los que velan para que otros no sufran

 ¡Maldito sea tu origen misterioso
de mutante ancestral, vírico instinto
aliado, de por vida, con la muerte!
¿O tal vez eres sólo un vil invento
de algún descerebrado sin conciencia?
Tal vez nunca se sepa
porqué tu fijación con los mayores,
con esos grandes hombres y mujeres
que a pulso levantaron los países
del barro, de los gris de la posguerra.
Tal vez nunca se sepa.
¡Qué impotencia, pensar que algo tan nimio
pueda matar a miles de personas,
llevar el sufrimiento a donde quiere,
enfrentar  la ciencia a su fracaso
cuando intenta, en vano, detenerte.
Pero… ¿sabes? tu miseria no puede
con esa etérea esencia que es el alma.
No puedes ni sentirlo, pero ellos
no doblegan al miedo sus principios,
no anteponen su vida a la de otros,
no le vuelven la espalda
al deber, aunque tú les amenaces.
¿Les ves, desde los ojos invadidos,
enrojecidos, húmedos de fiebre?
¿Ves, de frente, las frentes sudorosas
que intentan mitigar tus mezquindades?
Es el amor, es ese privilegio
que tu carga genética no lleva,
es ese don divino, inexplicable,
que no puedes matar,
porque sólo el humano, sólo él,
puede morir amando.
Ya muchos sobreviven a tu ataque,
y serán muchos más, hasta que un día
te extingas, bicho inmundo, para siempre,
de la faz de la Tierra.

Francisca Quintana Vega
Montijo, Badajoz
Madrugada del 27-3-2020